Desde un remoto país de Oriente, tres magos se dirigían a Belén guiados por una estrella misteriosa que les indicaba el
camino a seguir para encontrar al Mesías a quien deseaban rendir adoración, enterado el rey Herodes les hizo llamar a su palacio para cerciorarse más ampliamente del nacimiento del futuro rey de
Israel, les dijo que fueran ellos tres primero a ver el recién nacido y después le informasen donde se encontraba el hijo de Dios.